Alguien, una vez lo hizo. Me dijo que tenía miedo.
Yo, mirando a los ojos del espejo, le dije:
¡Nunca más vas a volver a tenerlo!
Nunca lo tengas.
Seguramente, es muy fácil decirlo, pero a veces, sino la mayoría..., es complicadísimo hacerlo. Sin embargo, mi obligación es expresarlo: NO TENGAS MIEDO. Y digo que es mi obligación porque a veces sigo necesitando recordármelo a mí mismo.
Pues no hay nada peor que vivir con éso dentro. Con la bestia devora-almas.
Así que no lo hagas. No lo tengas. ¡Jamás!
Alguien, una vez lo hizo. Me dijo que tenía miedo.
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