Alguien, una vez lo hizo. Me dijo que tenía miedo.
Yo, mirando a los ojos del espejo, le dije:
¡Nunca más vas a volver a tenerlo!

Cómo separo las cosas...

No es nada fácil.
Tengo toda la sensación que es algo natural, pero aún así me siento un poco traidor.
Ni soy el primero en hacerlo, ni seré el último, pero el que no sabe aún muy bien cómo se siente soy yo. Así que me importan una mierda (iba a escribir un bledo, pero me ha sonado demasido mariquita...) todos los demás.
Es fácil, quedar. Es fácil verse y hablar un rato (largo si se trata de mí, porque otra cosa no tendré, pero palique, hasta el aburrimiento!!).
Pero lo más fácil de todo es sentirse violentamente atraido por un maromo. Que a veces, ni siquiera es tu tipo, pero que si le has visto lo que le cuelga, pues eso, que solo te apetece tenerlo entre tus manos... Y quien dice entre tus manos, dice entre muchas otras partes de tu anatomía, cuando una cosa es bonita y está bien formada, es de agradecer. Y cuando se te planta y te dice "Me quieres? Pues soy tuya?" Pues para qué quieres más!!
Y que a mi marido lo amo con locura y que sé que es sexo y que ya hemos pasado por esto, y sabemos que es un aliciente el salir y estar en el mercado y bla bla bla
¿¿Entonces porqué dramatizo??
Porque desde siempre me han metido en la cabeza que hay que tenerlo todo en casa.
Y resulta que no es cierto.
En casa se tiene lo más importante, sin duda... Pero no se tiene siempre todo. Te puedes conformar con lo que tienes, es cierto, y nadie dice que no sea lo correcto. Pero después de lo que ya he tenido y con lo que me he conformado: no quiero tenerlo todo en casa. Quiero tener lo que realmente me importa, quiero mi hogar, pero fuera sé que quiero sentir que tengo mi vida.
Pero en mi cabeza sigue con que lo clásico vale siempre.
Supongo que así será hasta que sea capaz de decubrir por mí mismo que no es importante. Que echar un polvo es exatamente eso: echar un polvo, no hacer el amor. Y que el sexo es bueno (y si vierais lo que le cuelga, entenderías a qué me refiero........) y que ya está bien de romanticismos del siglo XIX.
Las tórtolas se dejan morir cuando su compañero muere... Pues bien, no soy una tórtola... vamos a dejarlo en que soy más como las gallinas.... menos glamourosas, sí, pero más putas i divertidas!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo por las gallinas y los pavos reales, ellos solo son